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(Asunción, 17 de noviembre de 1576 - Caibaté, 15 de noviembre de 1628) Hijo de don Bartolomé González de Villaverde y doña María Santa Cruz

Eran siete hermanos, de los cuales, tres siguieron los estudios eclesiásticos: Pedro, Gabriel y Roque.
San Roque recibe la ordenación sacerdotal a los 23 años, de manos del franciscano Hernando de Trejo y Sanabria, obispo de Tucumán, en el año 1598. Desde un principio, concibió el sacerdocio como una entrega al trabajo pastoral, una búsqueda de Dios en la evangelización de los indios o de los españoles.
Desde 1599, se marcha a la sierra Mbaracayú y riberas del Ijuí y hasta1628, fecha de su martirio, a los 53 años, su vida es una entrega por el Reino de Dios. En 1608 renuncia al cargo de Provisor Vicario General de Asunción que le ofrecía el obispo franciscano Reginaldo de Lizárraga. Renuncia a todo y se hace jesuita y se entrega a una vida heroica entre los indios, abriendo nuevos caminos.
Ingresó el 9 de mayo de 1609. Comenzó su tarea en el Ijuí o Mbaracayú, cumpliendo una de las tareas más difíciles: evangelizar a los guaycurúes con el Padre Vicente Griffi. Roque tuvo tres elementos de Espiritualidad: la “Santa Cruz”, “La Virgen María” que él llamaba “La Conquistadora” y el “Amor y Culto a la Eucaristía”.
Todo este mundo interior tan rico y variado da sentido e impulsa su fuerte actividad para ayudar a sus indios. Los educaba en la fe, largas horas de enseñanza del catecismo que lo traducía al guaraní. La primera traducción del catecismo al guaraní lo hizo Fray Luís Bolaños. La traducción del tercer catecismo lo hizo el padre Roque. El dominio de esta lengua le sirvió para dicha traducción.
El padre Roque también les enseñaba el cultivo del campo, la construcción y las primeras artesanías de vivienda y vestido. También atendió a la educación de hábitos y convivencia y moralidad cristiana, de política, gobernación y responsabilidad.
La fundación de la actual Posadas
El 25 de marzo de 1615, en el solar que hoy ocupa Posadas, con el nombre de “Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa”, que posteriormente se trasladó a la orilla vecina (hoy Encarnación). San Roque fue el fundador de la actual Posadas, recorrió toda la Provincia de Misiones, siempre motivado y motivando en su afán de evangelizador, llevando la Palabra de Dios a los lugares más recónditos de la selva misionera.
Otras fundaciones
De la primitiva Itapúa el Padre Roque, partió hacia la laguna de Santa Ana, donde fundó, con trescientos indios, la reducción Santa Ana. Allí levantó una iglesia. En 1616, fundó la reducción Yaguapoa, que al principio tuvo una cruz y una pequeña capilla sin sacerdote fijo. Ésta, más tarde, se fundió con la de Corpus Christi que había sido fundada en 1622 por los Padres Roque, Boroa y Romero.
El 8 de diciembre de 1619, fundó la reducción de la Concepción, a una legua del Río Uruguay. La segunda fundación que hizo el Padre Roque en el Uruguay fue la de San Nicolás de Piratiní, el día de Santa Cruz, el 3 de mayo de 1626. En ese mismo año fundó la tercera reducción, la de San Francisco Javier, a unas leguas de Concepción.
El 4 de febrero de 1627, por orden del provincial Nicolás Durán, fundó la reducción de Nuestra Señora de los reyes de Yapeyú, en la confluencia de los ríos Guaviraví y Uruguay. La reducción de Yapeyú era la más distante de todas, aunque esto dificultó su atención, fue una de las más famosas. A fines de 1627, en febrero, el Padre Provincial nombró al Padre Roque González superior de las misiones del Uruguay.
En sus posteriores recorridas fundó Nuestra Señora de la Candelaria, que después fue destruida por los indios papés. Posteriormente, en el año 1665, la Reducción fue trasladada al lugar donde ocupa la actual Posadas, luego fue llevada a otro lugar más al sureste, donde estuvo hasta 1767. Esta reducción fue la capital de todas las reducciones, fundadas sobre el Paraná y el Uruguay.
Las últimas reducciones fundadas por el Padre Roque fueron la de la Asunción del Iyuí, el 15 de agosto de 1628 y la de todos los Santos del Caaró, el 1º de noviembre del mismo año en territorio actualmente del Brasil.
Una muerte aceptada
Sabía que lo estaban buscando para matarlo. La conspiración de Ñezú, el cacique principal de Ijuí contra los misioneros había estallado, la campanita del Caaró sería el núcleo de las acciones. Mientras Roque González se dedicaba a adaptarlo al culto, llegó sobre su cabeza el terrible golpe de “y taizá” (hacha de piedra), cuando acababa de oficiar la misa. Murió instantáneamente. Contaba con 52 años. Era el miércoles 15 de noviembre1628. Recorrió las tres clásicas estaciones: vocación, dedicación y martirio.
Al día siguiente del delito, los asesinos fueron al lugar del hecho y junto a los restos escucharon la voz del Padre Roque que venía del corazón y decía: “Aunque me maten, no muero, ya que mi alma va al cielo, y yo me apartaré de ustedes, pero volveré, más no tardará el castigo”. Este testimonio fue apuntalado por las declaraciones de los autores de la muerte y de 53 indios que lo vieron y oyeron.
La Canonización
Los padres Roque González de Santa Cruz, Alonso Rodríguez (1) y Juan del Castillo (2), fueron los primeros misioneros muertos por la fe en las reducciones jesuitas del Paraguay. Los procesos diocesanos de beatificación y canonización comenzaron en Buenos Aires el 4 de marzo de 1629 y terminaron en la Candelaria el 12 de noviembre de 1631.
En 1929 se efectuaron los procesos apostólicos en Buenos Aires, Corrientes y Montevideo, enviándose la causa a Roma y se llegó a los honores de la beatificación de los tres mártires jesuitas por las letras apostólicas, el 28 de enero de 1934 año del Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires.
Roque González de Santa Cruz fue canonizado por el Santo Padre Juan Pablo II, en mayo de 1988, cuando realizaba su visita al Paraguay. Hoy día su corazón se encuentra en la ciudad que lo vio nacer, Asunción.